Hola a tod@s de nuevo,
Después de un largo tiempo sin escribir por fin tengo un ratito para hacerlo e ir ampliando la información que estoy seguro que nos puede servir de utilidad. Aprovecho para dar las gracias a todas y cada una de las visitas que recibe el blog al día, poco a poco somos más y mejores, jejeje.
Hoy voy a hablar de algo que de vez en cuando genera dudas y que nos puede ayudar si sabemos cómo aplicarlo. Vamos a hablar de “Cuando aplicar calor y cuando aplicar frío”.
La sabiduría popular que nuestras madres (de normal son ellas las que están a nuestro lado cuando nos damos un porrazo) nos han inculcado nos es bastante útil pero no siempre sabemos con certeza qué es mejor.
La norma base es: inflamación = frío; contractura = calor
Y la razón es bien sencilla, os explico:
– Cuando recibimos un golpe suelen haber roturas capilares o micro roturas (cuando hay edemas – el típico moratón) o simplemente inflamación a causa del impacto – ojo, no siempre el edema se ve por lo que no quiere decir que no haya rotura interior – nuestro cuerpo da la voz de alerta para que se auto cure lo antes posible y no sienta dolor, para ello se incita a una mayor concentración de sangre en la zona dañada, la cual va a aportarnos las hormonas y células necesarias para su auto curación. A la vez la zona aumenta su temperatura y se inflama, dejándose ver el edema o moratón que no es más que la sangre que sale de los capilares rotos que se concentra en una determinada zona (por eso con un esguince considerable hasta los dedos se nos ponen morados ya que la sangre se concentra en la zona más baja del pie). En este caso nuestro mejor aliado es el frío, siempre y cuando lo apliquemos en los primeros minutos de la contusión (golpe o torcedura). De esta forme el frío actúa cerrando el riego sanguíneo (= menos moratón), disminuyendo la inflamación y aliviando el dolor ya que insensibiliza la zona.
– Con una contractura muscular lo que debemos de buscar es lo contrario, es decir, aumentar el riego sanguíneo para que lleguen mejor los nutrientes y hormonas que nos van a ayudar a auto curar y relajar el músculo para que así, de una forma un poco compleja se puedan “desenganchar” las células que componen el músculo y volver a su estado natural. Para todo esto aplicaremos calor.
Esta es una forma práctica y rápida de explicar qué aplicar, pero por alguna razón curiosa la naturaleza nos lo pone un poco más difícil y tenemos algunos casos que no funcionan así. Por ejemplo, no se os ocurra ponerle gasas frías a una clienta con artrosis, posiblemente se acuerde de vuestra familia durante un largo tiempo. Bromas aparte, la artrosis, a pesar de ser una inflamación de la articulación responde mejor con la aplicación de calor seco. Es curioso, pero es cierto.
También tenemos otras teorías que como es lógico no sabemos tod@s, en la que nos explica que los efectos del calor y del frío tienen una acción cíclica, es decir, el frío al aplicarlo, genera una contracción del músculo pero conforme va pasando el tiempo de aplicación va pasando a la relajación de este, y conforme pasa más tiempo de nuevo vuelve a la contracción. De igual forma el calor, primero relaja, luego contrae y luego relaja. Por esta teoría a una persona con una contractura se le podría aplicar frío y dejar pasar un tiempo hasta que relaje el músculo, pero de nuevo se va unir con la clienta de la artrosis para maldecir a toda vuestra familia y con razón ya que los primeros minutos el dolor va a ser insoportable.
Por este motivo siempre que recomiendo que alguien con problema muscular de tipo contractura se aplique calor, lo haga durante un máximo de 15 minutos, luego descanse otros 15 y de nuevo se lo vuelva a aplicar 15 minutos máximo, así tantas veces como quiera. No vale lo de ponerte la manta eléctrica y estar toda la tarde con ella en la espalada sentad@ en el sillón.
Por último, tan sólo me gustaría hacer un comentario sobre lo que digo al principio del artículo de que no siempre los hematomas salen a la vista. Hay un caso muy típico entre los futbolistas en los que movidos por la pasión del momento se suelen dar algún que otro rodillazo en la zona lateral exterior del muslo. Ellos lo conocen como “bocao” y es mucho más peligroso de lo que parece a simple vista. En ocasiones este golpe genera una rotura interna y por lo tanto un hematoma. Si este no es muy grande y el cuerpo lo puede reabsorber no hay ningún problema, pero si no es así, el hematoma puede “enquistar” y quedar introducido dentro del músculo, provocando dolor y bajando el rendimiento. La solución, abrir y retirar por la tangente. No es peligroso pero es bastante difícil de detectar si no sospechas algo.
Bueno, pues con este extenso artículo (reconozco que se quedan muchas cosas en el tintero) espero de haberos sido de algo de utilidad.
Ya sabéis que podéis contar conmigo en lo que os pueda ayudar.
Un saludo
Centro Parasanitario de Osteopatía, Masaje, Reiki y Técnicas de Sonido
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Gracias por tus consejos, sigo tu blog con asiduidad intentando aplicar las técnicas que comentas y ciertamente funcionan. Sigue así.
hola raulete!!! el tema frío y calor tiene mucha tela, ya que no hay unaminidad, ni en la comunidad científica. Los últimos estudios defienden el uso de CALOR profundo (diatermia, onda corta inductiva o hipertermia) en el tratamiento de los esguinces AGUDOS. Echando por tierra a los defensores del frío en la inflamación articular.
La opción frío en inflamación aguda y calor en crónica o contractura muscular puede seguir siendo protocolaria, pero habrá que adaptarla a cada caso y cada persona.
Mi opinión personal es que como fisioterapeuta, cada vez utilizo menos el hielo por la siguiente razón: pienso que la inflamación es un proceso natural y autocurativo del cuerpo, por lo tanto, el frío va en contra de ese proceso, rebajando el hinchazón pero fibrosando la zona inflamada, retardando su reabsorción. Por lo tanto la idea es buscar medios físicos para ayudar a la inflamación en ese proceso regenerativo como la acupuntura, el láser, el ultrasonidos, la onda corta, masaje y oscilación de drenaje aún en fase aguda, kinesiotape linfático, etc.
Muchas gracias por este maravilloso blog
Un abrazo, Poli